Pensamiento sistémico: creando servicios digitales duraderos

Las personas tendemos por naturaleza a utilizar un pensamiento lineal porque nos resulta más sencillo y natural seguir una secuencia lógica y predecible en nuestro razonamiento y toma de decisiones. Este tipo de pensamiento se basa en la idea de que los eventos ocurren de manera secuencial y causales, uno tras otro. Sin embargo, en la vida real, muchos fenómenos y situaciones son más complejos y requieren un pensamiento más flexible y menos lineal.

Cuando se aborda un problema aisladamente sin tener en cuenta su relación con otros factores o aspectos del sistema más amplio, las soluciones a menudo son menos efectivas y duraderas. Esto se debe a que la falta de contexto puede llevar a soluciones parciales o superficiales que no aborden las causas subyacentes del problema y puedan crear nuevos problemas a medida que las interacciones y los efectos secundarios se vuelven evidentes. Por lo tanto, es importante considerar siempre el contexto más amplio al abordar un problema para garantizar soluciones más sostenibles y efectivas.

Es aquí cuando entra en juego el pensamiento sistémico, el cual permite abordar problemas y situaciones complejas de manera integral y considerando todas las interacciones y relaciones entre los componentes de un sistema. Esto a su vez conduce a soluciones más efectivas y sostenibles, ya que tiene en cuenta el impacto a largo plazo y no solo las soluciones a corto plazo. Además, fomenta la colaboración y la comunicación entre los diferentes actores involucrados en un sistema.

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Aplicando este acercamiento a la creación o transformación de los servicios digitales de una organización, permite ver dicha creación o transformación como una parte más dentro de un sistema integrado de partes interdependientes. Al tener una visión sistémica, se pueden identificar interdependencias y oportunidades de mejora, crear soluciones más efectivas y eficientes, y crear o transformar servicios digitales para que perduren y aporten de forma positiva a la evolución de la organización en el tiempo y, por ende, a la sociedad.

Al ser un enfoque interdisciplinario que se puede aplicar a cualquier situación o problema que requiera una solución integral y holística, cualquier equipo o profesional que se enfrente a la solución de una necesidad puede aplicar el pensamiento sistémico para obtener soluciones más efectivas, inclusivas y sostenibles. Cabe destacar que el pensamiento sistémico no es algo abstracto y que es respaldado por técnicas y herramientas concretas para identificar relaciones y patrones en los sistemas. Algunas de estas técnicas incluyen diagramas de flujo, mapas de procesos, análisis de causa y efecto, o modelos de sistemas dinámicos. Con estas técnicas se pueden visualizar y analizar sistemas complejos, lo que facilita la comprensión y mejora de los mismos.

El enfoque sistémico permite a los equipos de tecnología ver los retos tecnológicos de la organización dentro del contexto más amplio de la organización y sus interacciones, lo que les permite identificar soluciones más efectivas y sostenibles a largo plazo. Además, considera los impactos en todos los sistemas interrelacionados, evitando soluciones parciales que pueden crear nuevos problemas en el futuro. Por lo tanto, las organizaciones que aplican un pensamiento sistémico en sus retos organizacionales y operativos acaban evolucionando de forma mucho más efectiva y sostenible que las organizaciones con un acercamiento más lineal.

 

 

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