Los design system o sistemas de diseño son de gran ayuda cuando hablamos del diseño escalable, sobre todo para una empresa en crecimiento o que cuenta con muchos productos o herramientas bajo la misma marca. Proporcionan a diseñadores/as y desarrolladores/as componentes reutilizables que hacen que el proceso de diseño de productos sea más eficiente y ‘repetible’.
Durante años se han usado guías de estilo y manuales corporativos, pero a medida que el diseño ha ido madurando, los sistemas de diseño se han convertido en una especie de puente/nexo entre diseñadores/as y desarrolladores/as, que colaboran creando productos digitales de manera eficaz y rápida.
De acuerdo con la encuesta realizada por SparkBox en 2018, la mayoría de las empresas encuestadas mencionaron la consistencia de UX y UI como la razón principal en sus organizaciones para implementar un sistema de diseño. Otros motivadores incluían la eficiencia del desarrollo, la reutilización del código y la eficiencia del diseño.
Mediante un design system, además de poder reusar componentes ya creados a nivel de diseño y de código, también se puede compartir la documentación relacionada, por lo que no será necesario discutir sobre ello en reuniones, o crear especificaciones cuando se entregue a desarrollo.
Cuando además, hablamos de organizaciones que tienen múltiples productos o herramientas bajo la misma marca, un sistema de diseño ahorrará muchísimo tiempo en la construcción y mantenimiento de las mismas.
Esto no significa que una empresa de un solo producto no pueda beneficiarse de un design system, puesto que será beneficioso para futuros nuevos desarrollos, nuevos productos o la consistencia de marca entre la app y la web del mismo producto.
Lo más probable es que un equipo pequeño de trabajo que tiene una comunicación fluida no necesite un sistema de diseño, puesto que una de las principales ventajas del mismo es la de compartir información entre diferentes miembros y roles del equipo del proyecto. Es decir, no sería necesario crear una documentación específica sobre por ejemplos patrones de diseño. Si hay un problema con la consistencia visual, un UI KIT o una guía de estilo pueden ser una solución más fácil y rápida.
Tampoco es probable que se necesite un sistema de diseño si no se está haciendo un desarrollo activo de productos y no se prevé hacerse a corto/medio plazo. No tiene sentido invertir tiempo en el desarrollo de un sistema de diseño si no va a ver una aplicación del mismo.
Otra de las variables que puede influir a la hora de decidir si se necesita un sistema de diseño es los recursos que tenemos en ese momento (tiempo, dinero, objetivos a corto plazo…). Es posible que lanzar un producto en una fase beta sea más urgente que construir un sistema de diseño robusto.
Antes de dedicar una gran inversión de tiempo y mantenimiento en la construcción de un sistema de diseño hay que hacerse una serie de preguntas relevantes:
Si la respuesta a todas estas preguntas es ‘no’, es el momento de crear un sistema de diseño.
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