Como mantra “un diseño honesto”

Hace tiempo escuche un nombre que me llamó mucho la atención, y no por la sonoridad del mismo, que está muy lejos de competir con el dinámico Max Power del querido H.S, me llamó la atención por la historia que tenía detrás.

Alan Smithee es el seudónimo que empleaban ciertos directores de cine para manifestar la insatisfacción por no haber tenido el control creativo deseado sobre la película. Según las reglas de su uso el director se comprometía a no comentar las causas concretas que le llevaban a tomar tal decisión o incluso a no reconocer que era el director real.

Un concepto curioso eso de perder control creativo, menos mal que somos gremios totalmente diferentes.

Qué es "un diseño honesto"

Como diseñadores, nuestra labor es “sencilla”, buscar y encontrar la mejor solución para que el producto o servicio diseñado le sea útil al usuario. No nos olvidemos de eso, trabajamos por y para el usuario, al que deberíamos de poner siempre en el centro. Para mí es una premisa clara a la hora de diseñar.

Para ello contamos con un montón de metodologías, herramientas, procesos y una gran variedad de perfiles especializados, que aportan su experta visión y granito de arena en cada uno de los pasos del largo proceso de diseño.

En todo ese proceso de diseño, lo más importante es que todos seamos honestos y no tomemos decisiones en nuestro beneficio. Ni negocio, ni tecnología, ni diseño deben de pensar solo en ellos y en lo que ellos creen que es la mejor solución. Aquí no hay creencias, hay hechos e hipótesis que tienen que ser validadas por los usuarios.

La triste realidad, es que en la mayoría de los proyectos, por diversos motivos, pocas veces tenemos esa opción de validar hipótesis con usuarios reales o disponemos de datos cuantitativos que hagan inclinar la balanza y acabamos “tirando” de creencias para aportar soluciones.

Las creencias están bien, son las que nos han formado como profesionales, usándolas y mejorándolas una y otra vez, al igual que ciertos recursos y componentes para aportar soluciones, pero los tiempos, las personas y las situaciones cambian, y los productos y servicios no se consumen igual.

Creo que los proyectos tienen que ser discutidos, y que tenemos que equivocarnos y equivocarnos mucho (mejor siempre al principio) y tenemos que saber escuchar.

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Conclusión

Un diseño honesto, para mí, es aquel en el que te replanteas todo, incluso lo que sabes, en que diseñas escuchando a todas las partes y en el que pierdes el control creativo a favor de un camino incierto que poco a poco va viendo la luz al final del túnel.

Ojalá firmemos todos nuestros trabajos con el nombre Alan Smithee, significará que durante el proceso hemos tenido muchas desavenencias con todos los actores del proceso y ha primado siempre por encima de todo la necesidad del usuario, significará que habré perdido todo el control creativo del proyecto, que me habré equivocado infinidad de veces y todo esto habrá hecho un producto o servicio mejor para nuestro usuario.

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